El primer y más importante paso a
seguir es tomar la decisión de controlar el asma de tu hijo. Los padres de
niños asmáticos sufren una variedad de sentimientos contradictorios. El más
fuerte es la preocupación natural que sientes por sus hijos ¿estas
ofreciéndoles el mejor tratamiento, o existe algo en lo que no has pensado o no
conoces? Luego surgen las dudas sobre si estas siendo sobreprotector o
viceversa ¿si tiene hermanos/as no asmáticos los tratas de la misma forma?
Quizás sienta algo de culpa que el asma haya sido heredada y por eso el hijo
tenga esa condición.
Es necesario encargarse de la
situación y despejar de entrada cualquier mito. No es culpa del padre o la
madre. No debe considerarse distinto a la habilidad innata que puede tener una
persona para los deportes o el canto, por ejemplo. Lo más recomendable es que
los padres se eduquen acerca de esta condición. No hay que perder tiempo
preocupándose si existen mejores tratamientos o medicamentos, sencillamente
investigue. Consulte médicos, bibliotecas y la internet. La mejor prescripción
es el conocimiento.
El siguiente paso es tomar
conciencia sobre la salud del niño. Uno de los problemas que tienen los niños
enfermos es la poca capacidad para explicar con detalle lo que sienten. Un hijo
asmático difícilmente te abordará en medio de la noche y mencionará que tiene
dificultades para respirar o una tos persistente. Al contrario, la condición
podría empeorar al punto que los pulmones se expandirán y presionarán el
estómago. En ese punto es que podrían decir que se siente mal.
Algunos niños sencillamente toman
un descanso cuando se les dificulta la respiración y nunca mencionan que se
encuentran sin aliento.
Si sospechas que tu hijo tiene
asma, probablemente conoces los síntomas clásicos: tos; sibilancia; respiración
entrecortada; cambios en el color de la piel, uñas o labios; y presión en el
pecho. Pero también ten en cuenta que existen otros síntomas que sugieren la
existencia de un problema: nauseas, letargo y poco apetito. Igualmente fijate
si el niño se encorva mientras exhala, si se siente sin aire.
De ser posible monitorea la
respiración de tu hijo mientras duerme. Así podrás saber como es la respiración
cuando está relajado y determinar en cuales casos le cuesta respirar.
Seguidamente, asegurate que tu
hijo tome de manera adecuada cualquier medicamento inhalado. Muchos
tratamientos contra el asma se aplican a través de inhaladores y a veces es
complicado para el niño entender y realizar la secuencia adecuada de
respiraciones para tomar estas medicinas ¿Cuanto tiempo le tomó a tu hijo
aprender a sonar su nariz adecuadamente? Existen niños que piensa que mantener
la respiración es mantener los labios unidos y seguir respirando por la nariz.
Otros sienten que no son capaces de mantener la respiración durante el
intervalo necesario y terminan buscando aire desesperadamente.
Debes prepararte para ataques de
asma y saber que hacer. Si tu hijo sufre un ataque de asma mantén la calma y
resisten las ganas de abrazarlo. Aunque es una reacción natural solo lograrás
apretar su pecho y dificultar aun mas la respiración.
Hay muchas cosas que los padres
pueden hacer, más allá de administrar el medicamento. Puedes mejorar las
condiciones cambiando el ambiente hogareño, la dieta del niño, la forma de
respirar y las actividades físicas que realizan. Mientras más sepas sobre el
tema, podrás controlarlo de manera más efectiva.
COPYRIGHT © CARLA DIAZ
Foto Por Cortesía:
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